viernes, 8 de septiembre de 2017

Las causas del sufrimiento


¿Cómo ser libres de la insatisfacción? ¿Cómo encontrar paz? 

Siddharta Gotama, el Buda, se planteó estas preguntas en el siglo 6 antes de Cristo. Luego de su práctica espiritual, concluyó que todo proviene y está en la mente, y que es ahí donde se encuentran las causas del sufrimiento, así como la clave para la liberación. Así explicó las causas del sufrimiento: el apego, la aversión y la ignorancia. 

Al observar algún objeto, o captar en nuestra mente un pensamiento, tendemos a reaccionar inmediatamente ante ello, ya sea con apego al considerarlo deseable, o con rechazo al creerlo amenazador. Esto nos lleva por la vida en una fatigante montaña rusa emocional, en un vaivén entre placer y dolor.  Sufrimos al tener que dejar al objeto de nuestro deseo, y al no poder evitar aquello que rechazamos.

Junto al apego y la aversión, la ignorancia encabeza la triada de “venenos” mentales. No ver las cosas tal cual son e ignorar la naturaleza impermanente de la realidad, nos conduce al sufrimiento. Transitando el camino medio, sin reaccionar a nuestras ideas con apegos y odios durante la práctica de la meditación, con un cuerpo relajado y una mente atenta, obtenemos claridad mental, ecuanimidad y paz.

viernes, 12 de mayo de 2017

Chakra inferior Patala: Malicia, Tortura, Homicidio, Odio

Los chakras inferiores corren a lo largo de las piernas por debajo del chakra raíz Muladhara. Son vinculados a los instintos animales, y al inframundo Patala de la tradición hinduista, que afirma que el universo se divide en tres mundos: Svarga (reinos celestiales), Prithvi (tierra) y Patala (los reinos subterráneos). 

De las siete regiones o lokas que componen al subterráneo, la séptima del mismo nombre, Patala o Nagaloka, es el reino más bajo y la región de los semidioses serpiente, o nagas, gobernadas por Vasuki. Aquí viven varias nagas con capuchas decoradas con una joya, cuya luz ilumina este reino.

Vasuki es un naga-raja, una de las serpientes rey de la mitología hindú y la mitología budista, y el hijo mayor de Kadru y Kasyapa, padres de todas las nagas. Tiene una gema llamada Nagamani en la cabeza. Vasuki es famoso por enrollarse alrededor del cuello de Shiva, dios de la disolución, quien lo bendijo y lo usó como un adorno. Vasuki es conocido en la mitología china y japonesa como uno de los "ocho Grandes Reyes Dragón" entre Nanda, Upananda, Shakara, Takshaka, Balavan, Anavatapta y Utpala.

La leyenda más famosa del hinduismo en la que participó Vasuki fue el incidente de Samudra Manthan, el batido del océano de la leche. En esta leyenda, Vasuki permitió que los devas (dioses) y los asuras (demonios) lo ataran al Monte Mandara y lo usaran como una cuerda para extraer la ambrosía de la inmortalidad agitando al océano de leche.

Luego de esto, numerosas deidades brotaron del océano, algunas positivas y otras negativas. Lo primero en brotar fue un veneno, que inmediatamente bebió Shiva para que no destruyera al mundo, y posteriormente se ató al cuello al rey naga Vasuki para evitar tragarlo. Shiva conservó una marca azul en el cuello, mientras algunas gotas del veneno lograron escapar, lo que hizo ponzoñosas a las serpientes y a los escorpiones.

Nagaloka o Patala, el último chakra inferior, ubicado en las plantas de los pies, es el reino de la malicia, el homicidio, la tortura y el odio, y en la mitología hindú es aquél que limita con el reino de Naraka, o el Infierno, es decir, el sentir odio es la antesala de los estados mentales de sufrimiento infernal.

La leyenda de la serpiente Vasuki y el batido del mar de leche es una representación alegórica de la activación a través de la yoga de la energía potencial Kundalini. Cuando despertamos nuestra energía vital con la práctica de la yoga y la meditación, cualidades positivas van a potenciarse, pero también lo irresuelto va a salir a la luz. Todo nuestro odio e intenciones negativas a los demás, son literalmente un veneno en nuestro cuerpo que nos conduce a la enfermedad, y somos nosotros los primero afectados desde el momento en que las experimentamos. Por otra parte, reprimirlas hará el mismo daño o hasta peor, pues la energía requiere ser canalizada, por lo que en la práctica de yoga se dirige hacia fines más elevados. El atributo contrario para equilibrar el chakra Patala es el derecho a ser empáticos y comprensivos. De la misma forma que Shiva, la conciencia pura, bebió el veneno que Vasuki obtuvo del mar de leche, el hacer consciente el sentimiento de odio es lo que nos libra de la destrucción que las emociones negativas pueden provocar en nuestras vidas.


A través de la metáfora de los submundos, el hinduismo describe a los chakras inferiores, no como algo que debamos negar o repudiar, sino como parte de la naturaleza humana, y como aquello que una vez trascendido y canalizado, nos ayuda a acceder a los estados superiores de conciencia. Con apoyo de posturas y respiraciones yóguicas, podemos dirigir nuestra mente del odio que nos intoxica, hacia la conciencia, antídoto de las emociones negativas. Sólo reconociendo y aceptando nuestra oscuridad, somos capaces de transformar nuestra vida y trascender hacia la luz.

En palabras de Jung: "Un hombre que no ha pasado a través del infierno de sus pasiones, no las ha superado nunca" y "Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma".

jueves, 4 de mayo de 2017

Chakra inferior Mahatala: Inconsciencia y ceguera interior

Los chakras inferiores corren a lo largo de las piernas por debajo del chakra raíz Muladhara. Son vinculados a los instintos animales, y al inframundo Patala de la tradición hinduista, que afirma que el universo se divide en tres mundos: Svarga (reinos celestiales), Prithvi (tierra) y Patala (los reinos subterráneos). 


De las siete regiones o lokas que componen al subterráneo, la sexta Mahātala, o "gran fondo" es la morada de muchos nāgas (semidioses inferiores con forma de serpiente). Kadru, esposa del sabio Kasyapa, dio a luz a mil nāgas, encabezadas por la banda "Irascible", Kuhaka, Taksshaka, Kaliya y Sushena. Viven aquí con sus familias en paz, pero siempre temen a Garuda, el águila.




Las leyendas de Kadru hablan de su relación con su hermana mayor Vinata, que también era una de las muchas esposas del sabio Kashyapa. En una historia, Vinata y Kadru pidieron a Kasyapa descendencia. Mientras que Kadru pidió mil hijos, Vinata pidió sólo dos, pero con gran poder. Después de un lapso de quinientos años, los huevos puestos por Kadru eclosionaron y sus hijos cobraron vida; de éstos surgieron mil serpientes nāgas, los más destacados fueron Shesha, Vasuki y Takshaka. Todas las nāgas nacidas en este mundo son descendientes de estos mil hijos. 

Vinata se puso celosa, pues sus huevos no habían nacido. En un momento de prisa, rompió uno de los huevos, de donde surgió un destello de luz, Aruṇá. Era tan radiante y rojizo como el sol de la mañana. Pero, debido a la rotura prematura del huevo, Aruṇá no era tan brillante como el sol del mediodía como le prometieron ser. Este hijo se enfureció por su forma física y maldijo a su madre por su acto precipitado, diciendo que sería esclava de su hermana Kadru durante quinientos años hasta que naciera el hijo de su segundo huevo. Aruná se convirtió en el cochero del dios del sol y es el motivo del cielo rojo al amanecer. 


Finalmente, después de quinientos años, el segundo hijo de Vinata, Garuda, nació en forma de un enorme águila con inmenso poder. Tan pronto como nació, huyó con gracia buscando alimento. Garuda se convirtió posteriormente en el vehículo de Vishnú, el dios de la conservación. Desde entonces, la enemistad entre Kadru y Vinata mantiene a su descendencia, las serpientes nāgas y Garuda, en constante lucha.

Ubicado en los pies, Mahátala es el reino oscuro 'sin conciencia', y de la ceguera interna. Las nāgas, como serpientes ocultas en madrigueras representan las programaciones y comandos de nuestro subconsciente, aquella parte profunda y oculta de nuestra mente que carece de la luz de la conciencia, lo que el psicólogo Carl Jung llamó "el arquetipo de la sombra". Muchos de estos programas de conducta nos darán felicidad, pero otros tantos nos mantendrán sometidos a hábitos que nos hagan infelices. 

En contraparte, Garuda, el águila, representa la cualidad del espíritu de volar alto, libres de cualquier condicionamiento mental. El atributo contrario para equilibrar el chakra Mahátala es el derecho a ser expansivos y sin obstáculos, cualidad que obtenemos durante el estado de meditación profunda, en el que gozamos de una vista panorámica de aquello que antes se mantenía oculto.




A través de la metáfora de los submundos, el hinduismo describe a los chakras inferiores, no como algo que debamos negar o repudiar, sino como parte de la naturaleza humana, y como aquello que una vez trascendido y canalizado, nos ayuda a acceder a los estados superiores de conciencia. Con apoyo de posturas y respiraciones yóguicas, podemos dirigir nuestra mente, de la inconsciencia que nos mantiene sometidos, a la luz de la verdad que nos libera. Sólo reconociendo y aceptando nuestra oscuridad, somos capaces de transformar nuestra vida y trascender hacia la luz. 

En palabras de Jung: "Un hombre que no ha pasado a través del infierno de sus pasiones, no las ha superado nunca" y "Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma".

miércoles, 26 de abril de 2017

Chakra Inferior Rasatala: Egoísmo y Animalidad


Los chakras inferiores corren a lo largo de las piernas por debajo del chakra raíz Muladhara. Son vinculados a los instintos animales, y al inframundo Patala de la tradición hinduista, que afirma que el universo se divide en tres mundos: Svarga (reinos celestiales), Prithvi (tierra) y Patala (los reinos subterráneos). 

De las siete regiones o lokas que componen al subterráneo, la quinta Rasātala es el hogar de los demonios gigantes Danavás y Daityas, quienes tienen poderes mágicos, como convertirse en animales o hacerse invisibles, viven en hoyos como serpientes y son eternos enemigos de los Devas (o dioses). 

A diferencia del concepto occidental, los demonios en el hinduismo pueden tender tanto a la bondad, como a la malicia. Muy parecido al griego "daimón", los semidioses o asuras son seres espirituales sedientos de poder y en constante guerra. Los dánavas, poderosos pero crueles, eran hijos de Danu, la madre de las aguas primigenias sin forma, existentes antes de la creación. Los últimos tres reinos subterráneos, Rasātala, Mahātala y Patala, albergarán a los "hijos del agua", tanto a los dánavas, como a las nagas, semidioses inferiores con forma de serpiente. 


Ubicado en los tobillos, el chakra Rasātala es el centro del egoísmo y de instinto animal. Mientras que el instinto de supervivencia nos ayuda a guardar nuestra integridad física y a sobrevivir, el amor propio es algo necesario y saludable para una vida plena y satisfactoria. Sin embargo, ambos son estados mentales que de no ser trascendidos pueden sumirnos en el aislamiento y la infelicidad. 


Cuando el amor a nosotros mismos se vuelve inmoderado y excesivo, y atendemos sin medida a nuestros propios intereses sin cuidar del de los demás, nos vuelve seres egoístas. Por otra parte, dejar que nuestra mente caiga presa de temores por nuestra supervivencia, nos cierra a la generosidad y a pensar que si compartimos nos quedaremos sin nada. El atributo contrario para equilibrar el chakra Rasātala es el derecho a ser caritativosAsí, los danavás representan nuestro bajo instinto de egoísmo, provocado por la falta de comprensión de los beneficios de la generosidad. De la misma forma que al sembrar una sola semilla podemos cosechar muchas más, si sembramos desinteresadamente caridad hacia quienes nos rodean, empezaremos a recibir mucho más de lo que dimos en un principio, producto de la gratitud. El simple hecho de ser caritativos genera en nuestro cuerpo endorfinas, hormonas de la felicidad que además nos mantienen saludables. La gratitud y la generosidad son entonces la clave para la abundancia material y espiritual. Jesucristo también compartió esta enseñanza al decir "No se afanen diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los necios buscan todas estas cosas; pero nuestro Padre celestial sabe que necesitamos estas cosas".

A través de la metáfora de los submundos, el hinduismo describe a los chakras inferiores, no como algo que debamos negar o repudiar, sino como parte de la naturaleza humana, y como aquello que una vez trascendido y canalizado, nos ayuda a acceder a los estados superiores de conciencia. Con apoyo de posturas y respiraciones yóguicas, podemos dirigir nuestra fuerza vital de egoísmo y obtener resultados positivos. Sólo aceptando nuestra oscuridad, somos capaces de trascender hacia la luz. 

En palabras del psicólogo Carl Jung: "Un hombre que no ha pasado a través del infierno de sus pasiones, no las ha superado nunca" y "Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma".

miércoles, 19 de abril de 2017

Chakra inferior Talátala: Confusión y Terquedad



Los chakras inferiores corren a lo largo de las piernas por debajo del chakra raíz Muladhara. Son vinculados a los instintos animales, y al inframundo Patala de la tradición hinduista, que afirma que el universo se divide en tres mundos: Svarga (reinos celestiales), Prithvi (tierra) y Patala (los reinos subterráneos). 

De las siete regiones o lokas que componen al subterráneo, la cuarta Talátala, es el reino del demonio-arquitecto Mayasura, hábil en la magia y fiel devoto de Shiva, dios de la destrucción y regeneración. 

La historia empieza con tres hermanos semidioses que oraban con persistencia a Brahma, el dios creador. Conmovido por su devoción, Brahma asintió en bendecirles con tres ciudades flotantes móviles, Tripura, ubicadas en la tierra, el cielo y el paraíso. Lo único que podría destruirlas era el tiro de una sola flecha en llamas que atinara a las tres ciudades a la vez, una vez que se alinearan por unos instantes cada mil años. Estas ciudades fueron prósperas y pacíficas. Sin embargo, la naturaleza guerrera de los semidioses que las habitaban los llevó a echar a los dioses del paraíso y a atacar a los seres humanos para proteger Tripura. Fue el señor Shiva quien, luego de que los dioses solicitaran su ayuda, destruyera con una sonrisa a las tres ciudades del semidios-arquitecto Maya, a quien protegió de la destrucción debido a su fidelidad y le entregó el reino subterráneo de Talátala.

Traducido como "bajo el nivel inferior", el chakra Talátala se encuentra en las pantorrillas, y alberga la energía de la confusión prolongada y de terquedad y obstinación instintiva, es decir, importunar a otros repetidamente con el fin de obtener nuestros propósitos individuales, tal como actuaban los semidioses, preocupados por la supervivencia de Tripura, en vez de disfrutar la abundancia de sus ciudades. El atributo contrario para equilibrar este chakra es el derecho a ser conscientes. Shiva, que representa la conciencia pura, es quien destruye las tres ciudades, que representan las emociones negativas del orgullo, ira e ilusión. Cuando la conciencia se ve cegada por estas emociones, podemos perder el control y lastimar a quienes nos rodean, incluso a pesar de tener una vida próspera y bendecida. Al estar conscientes de nuestras emociones negativas, despejarlas puede ser tan sencillo como respirar profundo y dibujar una sonrisa en nuestros labios, igual que Shiva.

A través de la metáfora de los submundos, el hinduismo describe a los chakras inferiores, no como algo que debamos negar o repudiar, sino como parte de la naturaleza humana, y como aquello que una vez trascendido y canalizado, nos ayuda a acceder a los estados superiores de conciencia. Superar el orgullo y la obstinación nutre a nuestro chakra del plexo tiroideo, Vishuddha, lo que nos abre al pensamiento racional y a la comunicación efectiva. La terquedad puede mantenernos en confusión, pero bien canalizada nos da perseverancia. Con apoyo de posturas y respiraciones yóguicas, podemos dirigir nuestra fuerza vital de orgullo y obtener resultados positivos. Sólo aceptando nuestra oscuridad, somos capaces de trascender hacia la luz. 

En palabras del psicólogo Carl Jung: "Un hombre que no ha pasado a través del infierno de sus pasiones, no las ha superado nunca" y "Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma".

miércoles, 5 de abril de 2017

Chakra Inferior Sutala: Los celos

Los chakras inferiores corren a lo largo de las piernas por debajo del chakra raíz Muladhara. Son vinculados a los instintos animales, y al inframundo Patala de la tradición hinduista, que afirma que el universo se divide en tres mundos: Svarga (reinos celestiales), Prithvi (tierra) y Patala (los reinos subterráneos). 

De las siete regiones o lokas que componen al subterráneo, la tercera Sutala, es el reino del piadoso rey demonio Bali, quien había conquistado los tres mundos luego de haber hecho un voto de no negarle nada a nadie. Aprovechándose de esto, el enano Vamana, encarnación del dios Vishnu, engañó a Bali, suplicándole tres pasos de tierra. El primer paso cubrió todos los cielos, el segundo la tierra, y antes de que pisara los subterráneos, Vamana empujó Bali al reino Sutala luego de que éste ofreciera su cabeza. Después de esto, cuando Bali se entregó a Vishnu y le regaló todas sus pertenencias, Vishnu a cambio hizo a Bali más rico que Indra, el rey-dios del cielo, mientras Bali todavía rezaba a Vishnu en el reino Sutala. Muy impresionado por la devoción de Bali, Vishnu prometió que se mantendría perpetuamente como el vigilante del palacio de Bali. Gracias a su espíritu desapegado, al semidios Bali se le asocia con la devoción y fidelidad a la divinidad. 


El chakra Sutala, ubicado en las rodillas, regula los celos, es decir, la envidia de un bien ajeno, o el recelo de que el pretendido romántico llegue a ser alcanzado por alguien más. Todo esto obedece a la idea de que algo o alguien realmente nos pertenece, y al perderlo, sufrimos al tener que desprendernos. El atributo contrario para equilibrar este chakra es el derecho a tener confianza en nosotros mismos. El apego a los bienes materiales o a las relaciones puede ser trascendido una vez que cualquier idea de carencia sea erradicada de nuestros corazones, y que comprendamos que ya estamos completos.

A través de la metáfora de los submundos, el hinduismo describe a los chakras inferiores, no como algo que debamos negar o repudiar, sino como parte de la naturaleza humana, y como aquello que una vez trascendido y canalizado, nos ayuda a acceder a los estados superiores de conciencia. Superar los celos y la envidia nutre a nuestro chakra del plexo cardíaco, Anahata, lo que nos abre a nuestra fuente interna amorosa. Los celos y la envidia no son malos, sin embargo son un delirio, una idea errónea de que algo falta en nuestras vidas. Si comprendemos esto, y con apoyo de posturas y respiraciones yóguicas, podemos dirigir nuestra fuerza vital de celo y obtener resultados positivos. Sólo aceptando nuestra oscuridad, somos capaces de trascender hacia la luz. 

En palabras del psicólogo Carl Jung: "Un hombre que no ha pasado a través del infierno de sus pasiones, no las ha superado nunca" y "Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma".

miércoles, 29 de marzo de 2017

Chakra Inferior Vitala: La Ira y el Resentimiento

Los chakras inferiores corren a lo largo de las piernas por debajo del chakra raíz Muladhara. Son vinculados a los instintos animales, y al inframundo Patala de la tradición hinduista, que afirma que el universo se divide en tres mundos: Svarga (reinos celestiales), Prithvi (tierra) y Patala (los reinos subterráneos). 

De las siete regiones o lokas que componen al subterráneo, la segunda Vitala, es gobernada por el dios Hara-Bhava (una forma de Shiva) que junto a sus asistentes (incluyendo fantasmas y gnomos) es el amo de las minas de oro. Aquí él goza de la unión sexual con su esposa Bhavani, diosa de poder y justicia. Sus líquidos sexuales fluyen hacia el río Hataki. Cuando el fuego se alimenta del viento y de este río, chisporrotea un tipo de oro llamado Hataka. Los residentes de este reino están adornados con el oro de esta fuente. Esta fuente de energía es el coraje, aquello que nos mueve a realizar actividades, pero que de albergarse sin dejarlo fluir, provoca resentimiento, lo que intoxica nuestros cuerpos con hormonas del estrés y finalmente, nos enferma. Vitala nos enseña que la energía llameante de la cólera puede ser efectivamente beneficiosa para alcanzar nuestros objetivos, pero que de no dejar ir la emoción, nos consumirá por dentro. El chakra Vitala ubicado en los muslos, regula la ira y el resentimiento. El atributo contrario para equilibrar este chakra es el perdón, es decir, cortar con el deseo de venganza, recordando que los primeros beneficiados de perdonar somos nosotros mismos. 
A través de la metáfora de los submundos, el hinduismo describe a los chakras inferiores, no como algo que debamos negar o repudiar, sino como parte de la naturaleza humana, y como aquello que una vez trascendido y canalizado, nos ayuda a acceder a los estados superiores de conciencia. Superar a la ira, nutre a nuestro chakra del plexo solar, Manipura, lo que nos otorga de combustible y voluntad para alcanzar nuestras metas. El enojo no es algo negativo, o algo qué cortar: Cuando hay ira, es una clara señal de que algo necesita ser resuelto. Si enfocamos esa energía a resolver, seremos rápidos y efectivos, pero si la canalizamos hacia quienes nos rodean, podríamos lastimarlos. Con posturas y respiraciones yóguicas, podemos dirigir nuestra fuerza vital de ira y obtener resultados positivos. Sólo aceptando nuestra oscuridad, somos capaces de trascender hacia la luz. 

En palabras del psicólogo Carl Jung: "Un hombre que no ha pasado a través del infierno de sus pasiones, no las ha superado nunca" y "Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma".

martes, 21 de marzo de 2017

Chakra Inferior Atala: La Lujuria y el Miedo

Los chakras inferiores corren a lo largo de las piernas por debajo del chakra raíz Muladhara. Son vinculados a los instintos animales, y al inframundo Patala de la tradición hinduista, que afirma que el universo se divide en tres mundos: Svarga (reinos celestiales), Prithvi (tierra) y Patala (los reinos subterráneos). 

Patala se compone de siete regiones o lokas, y la primera y más superficial es Atala. El gobernante de esta región es el hijo del demonio Maya, Bala, quien con el poder místico de un bostezo creó a tres tipos de espíritus femeninos - Las Svairinis ("voluntariosas"), Kaminis ("lujuriosas"), y las Pumshcalis ("las que se entregan por completo"). Cuando un hombre entra en Atala, estas hadas le encantan y le sirven una bebida intoxicante de cannabis que le despierta su energía sexual, para posteriormente jugar con el viajero y consumir su energía, quien se siente más fuerte que diez mil elefantes, mientras desatiende su inevitable muerte a manos de estas diablesas. 



Esta historia parece tener su equivalente en la leyenda de las sirenas, que con su voz encantadora atraían hacia los peñascos a los marineros, donde finalmente perdían la vida. Se cuenta también que durante su meditación, el Buda fue tentado por las hijas del demonio Mara, el deseo, la satisfacción y el arrepentimiento (Taña, Arati y Raga). Estas historias representan lo fácil que es perder la voluntad cuando vamos detrás de la satisfacción inmediata de los sentidos y del placer, que finalmente termina por controlarnos. En palabras del maestro tibetano Tilopa: El problema no es el disfrute, el problema es el apego al disfrute.

El chakra Atala se encuentra en las caderas, donde se procesa la energía del miedo y la lujuria. El atributo contrario para equilibrar este chakra se rige por reconocer nuestro propio derecho a ser sexual, es decir, a manifestar nuestra capacidad y voluntad del disfrute de los sentidos de manera equilibrada, sin apegos ni expectativas; sin culpas ni temores. 

A través de la metáfora de los submundos, el hinduismo describe a los chakras inferiores, no como algo que debamos negar o repudiar, sino como parte de la naturaleza humana, y como aquello que una vez trascendido y canalizado, nos ayuda a acceder a los estados superiores de conciencia. Superar al miedo nos llena de confianza en nosotros mismos, lo que nutre al chakra Raíz Muladhara; mientras que trascender la lujuria nos abre al disfrute de la sexualidad como una herramienta de expresión de nuestro poder creativo y de afecto a la pareja, lo que nutre al chakra Sacro Svadhisthana. Sólo aceptando nuestra oscuridad, somos capaces de trascender hacia la luz. 

En palabras del psicólogo Carl Jung: "Un hombre que no ha pasado a través del infierno de sus pasiones, no las ha superado nunca" y "Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma".

jueves, 16 de marzo de 2017

Chakras Inferiores Patala: Los bajos instintos y su trascendencia


Luego de los 7 chakras principales ubicados a lo largo de la columna vertebral, se describen otros 7 llamados "chakras inferiores" por debajo del chakra raíz Muladhara que corren a lo largo de las piernas, vinculados a los instintos animales, y al inframundo Patala de la tradición hinduista. Sus nombres son Atala, Vitala, Sutala, Talatala, Rasatala, Mahatala y Patala.

En la cosmología hindú, el universo se divide en los tres mundos: Svarga (regiones superiores), Prithvi (tierra) y Patala (los reinos subterráneos). Patala se compone de siete regiones o lokas, el séptimo y el más bajo de ellos también se llama Patala o Naga-loka, la región de los Nagas, seres sabios con forma humana-serpiente, de naturaleza ambigua, tanto benignos como maliciosos.


En el "Vishnu Purana" se cuenta la visita del sabio Narada a Patala, quien describe a las regiones subterráneas como más bellas que Svarga (los cielos). Patala se describe como lleno de joyas espléndidas, hermosos bosques y lagos y encantadoras doncellas demonio. La fragancia dulce está en el aire y se funde con la música dulce. La vida aquí es de placer, riqueza y lujo, sin angustia. El arquitecto demonio Maya ha construido palacios, templos, casas, patios y hoteles para extranjeros con joyas. No hay luz solar en los reinos inferiores, pero la oscuridad se disipa por el brillo de las joyas que usan los residentes de Patala, donde no hay vejez, ni sudor, ni enfermedad. Las siete Patalas, así como la tierra por encima de ellas, se apoyan en la cabeza del Naga Shesha de mil cabezas. Por debajo de las regiones de Patala se encuentra Naraka, el infierno hindú - el reino de la muerte donde los pecadores son castigados.
El cuerpo humano es comprendido como un microcosmos, en el que, al igual que el cuerpo del dios Vishnu, cuenta con regiones celestiales representadas con los chakras superiores de la garganta, el entrecejo y la coronilla, mientras que la tierra son los chakras del corazón, del plexo solar, del plexo sacral y del piso pélvico. Las bajas pasiones del miedo, la lujuria, ira, resentimiento, celos, confusión, egoísmo, inconsciencia y malicia conforman los chakras inferiores o Patala, a lo largo de las piernas. A través de la metáfora de los submundos, el hinduismo describe a los chakras inferiores, no como algo que debamos negar o repudiar, sino como parte de la naturaleza humana, y como aquello que una vez trascendido y controlado, nos ayuda a acceder a los estados superiores de conciencia. Sólo aceptando nuestra oscuridad, somos capaces de trascender hacia la luz.
En palabras del psicólogo Carl Jung: "Un hombre que no ha pasado a través del infierno de sus pasiones, no las ha superado nunca" y "Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma".

jueves, 9 de marzo de 2017

Chakra Sahasrara: Yo comprendo

El chakra Sahasrara, o córtex cerebral, es la culminación de los 7 centros energéticos principales descritos en la Yoga. La existencia de esta nube de energía es el resultado de la concentración nerviosa y vascular en el cerebro.


Sahasrara viene del sánscrito que significa "Mil pétalos", y se vincula con la glándula pineal. Energéticamente, nos conecta con la experiencia espiritual, la percepción de la realidad última de la manifestación. Udana-vayu, la energía mental se manifiesta en los últimos tres chakras, Vishuddha, Ajna y Sahasrara. La pineal es también conocida como epífisis, y es una pequeña glándula endócrina, ubicada en el centro del cerebro entre los dos hemisferios, encargada de producir melatonina, la hormona del sueño. La pineal es considerada como un "ojo atrofiado", que a pesar de no utilizarse para ver, su sensibilidad a la luz le permite regular los ciclos del sueño. Se sigue estudiando su vinculación con la experiencia mística, ya que la pineal también produce DMT en pequeñas cantidades, una sustancia psicotrópica natural que participa en las experiencias espirituales, en los efectos visuales del sueño natural, e inclusive en las experiencias cercanas a la muerte.


Tanto el sueño como la experiencia espiritual son vitales para el desarrollo de la conciencia. En el sueño, la mente se reorganiza y estructura la memoria, mientras que la visión mística nos da una perspectiva más amplia y global de la vida. Sahasrara, o el loto de mil pétalos, abre nuestra percepción a lo infinito de la realidad, y nos conecta con nuestra naturaleza interdimensional, en la que existimos como un cuerpo, pero también como una conciencia de comprensión. Si al ser humano se le priva de la experiencia mística, su visión de la realidad se verá restringida a una perspectiva plana y sin sentido de trascendencia. La melatonina producida en la glándula pineal es una hormona que regenera los tejidos corporales, mientras que el DMT abre la mente a nuestra naturaleza energética-espiritual, y nos hace capaces de percibir que somos mucho más que un cuerpo de carne y hueso, tanto así que es llamada la molécula espiritual.  

Aprender a conectar con Sahasrara Chakra nos da la comprensión global de la vida, y nos permite sabernos parte de algo mucho mayor que nosotros mismos. A través de la meditación en la energía violeta del chakra espiritual Sahasrara y de ejercicios conscientes de la Yoga, liberamos los nudos energéticos que bloquean las funciones de la glándula epífisis.

Para esto es preciso alinear nuestra columna con la energía de gravedad de la tierra, así como la canalización de la energía hacia las glándulas superiores a través de posturas invertidas, con lo que la libido o energía vital latente conocida como Kundalini, sube a través del canal central sushumna, la médula espinal, y despierta progresivamente nuestra conciencia de regreso a la divinidad.

jueves, 2 de marzo de 2017

Chakra Ajna: Yo veo

El chakra Ajna, o plexo carótido, es el sexto de 7 centros energéticos principales descritos en la Yoga. La existencia de esta nube de energía es el resultado de la concentración nerviosa y vascular en el cerebro.


Ajna viene del sánscrito que significa "Centro de mando", y se vincula con la glándula hipófisis y el hipotálamo. Energéticamente, nos conecta con la energía del pensamiento visual, el "ojo mental", por tanto su elemento es la luz. Udana-vayu, la energía mental se manifiesta en los últimos tres chakras, Vishuddha, Ajna y Sahasrara. Del tamaño de una lenteja, la hipófisis es llamada la "glándula maestra", ya que está involucrada en la producción hormonal de las demás glándulas en el cuerpo. Mientras que la hipófisis se encarga de procesos tan diversos como la ovulación, lactancia, crecimiento y maduración de los huesos, el hipotálamo es el puente entre el sistema glandular y el sistema nervioso. Es desde el centro frontal donde ocurre la experiencia del pensamiento, la imaginación, el sexto sentido y la clarividencia. 



Esta zona del cuerpo nos permite la experiencia de la conciencia. La conciencia es el observador de la realidad y está vinculado con la capacidad para ver. La experiencia de la realidad viene a través de la dualidad subjetiva, yin yang, masculino-femenino, luz-oscuridad. Esta dualidad, representada por nuestros dos ojos, se conecta con los nervios ópticos, atraviesa el hueso esfenoides al centro del cráneo y se une detrás de este en el miasma óptico, el cual está en contacto con la hipófisis, la glándula maestra. Ajna Chakra es el centro energético de reconciliación de esa dualidad, el "tercer ojo" desde donde la experiencia de la realidad viene dictada a través de las descargas hormonales de la glándula hipófisis. Esto implica que, al recibir un estímulo del entorno, y reaccionar con apegos o con rechazos, el sistema nervioso manda una señal al sistema glandular, y éste a su vez genera una descarga hormonal en el cuerpo que interpretamos como una emoción.

Aprender a conectar con Ajna Chakra es reconciliar esta dualidad de placer y dolor, y poder ver "más allá de lo evidente". A través de la meditación en la energía azul índigo del chakra de la luz Ajna y realizar ejercicios conscientes de la Yoga nos ayuda a liberar los nudos energéticos del plexo carótido.

Para esto es preciso alinear nuestra columna con la energía de gravedad de la tierra, así como la liberación de tensión en la cabeza con ejercicios oculares o con la resonancia de un mantra, con lo que la libido o energía vital latente conocida como Kundalini, sube a través del canal central sushumna, la médula espinal, y despierta progresivamente nuestra conciencia de regreso a la divinidad.

miércoles, 22 de febrero de 2017

Chakra Vishuddha: Yo expreso

El chakra Vishuddha, o plexo faríngeo, es el quinto de 7 centros energéticos principales descritos en la Yoga. La existencia de esta nube de energía es el resultado de una concentración nerviosa y vascular en la zona de la garganta y cara.


Vishuddha viene del sánscrito que significa "Purificado", y se vincula con las glándulas tiroides y paratiroides. Energéticamente, nos conecta con la energía del pensamiento y la expresión facial, corporal y verbal. Esta es la zona de la comunicación, y la vibración del pensamiento verbal, Udana-vayu además de ser el primero de los chakras inmateriales, ya que su elemento es el eter, el espacio vibratorio, mientras los anteriores se vinculan al aire, fuego, agua y tierra. La tiroides es una glándula que se encarga de regular el crecimiento y el metabolismo corporal, mientras que las paratiroides generan hormonas que regulan la absorción de calcio en el intestino.



Los bloqueos a nivel Vishuddha son bloqueos en el pensamiento verbal cuyo origen puede provenir de diversas fuentes: Primariamente están vinculados con problemas para percibir la naturaleza de la realidad, y albergar ideas erradas acerca de la autoridad. Creer que somos mejores que otras personas nos inunda de orgullo, mientras que considerarnos inferiores es una forma de orgullo negativo, es decir, envidia. Sin embargo este pensamiento no es acorde a la verdad, en la que todos los seres somos distintos, y cada uno tiene su camino único en la vida. ¿Cómo podemos compararnos, si nadie es igual? Por otro lado, cuando nos vemos incapacitados para expresar nuestra forma de pensamiento, la voz puede tornarse ronca o sofocada. Cuando surgen emociones desbordadas, se hacen "nudo en la garganta", igual cuando nuevas experiencias parecen "difíciles de tragar".


Aprender a percibir la naturaleza real de todos los fenómenos, ser capaces de expresar nuestros verdaderos pensamientos, deseos y voluntad, meditar en la energía azul cielo del chakra del éter Vishuddha y realizar ejercicios conscientes de la Yoga nos ayuda a liberar los nudos energéticos del plexo faríngeo.


Para esto es preciso alinear nuestra columna con la energía de gravedad de la tierra, así como la liberación de ideas parciales junto con la tensión de cuello, con lo que la libido o energía vital latente conocida como Kundalini, sube a través del canal central sushumna, la médula espinal, y despierta progresivamente nuestra conciencia de regreso a la divinidad.

miércoles, 15 de febrero de 2017

Chakra Anahata: Yo amo


El chakra Anahata, o plexo cardiaco, es el cuarto de 7 centros energéticos principales descritos en la Yoga. La existencia de esta nube de energía es el resultado de una concentración nerviosa y vascular en la zona del pecho.



Anahata viene del sánscrito que significa "Intacto, ileso, no dañado", y se vincula con el corazón, el timo y los pulmones. Es la zona vital, donde se manifiesta el Prana-vayu, la energía corporal de asimilación. El corazón se vincula con el esfuerzo por vivir, mientras los pulmones cargan a la sangre de oxígeno y prana, la fuerza vital. Finalmente, el timo forma parte del sistema linfático y es la glándula encargada de la maduración de glóbulos blancos, específicamente de los linfocitos T, células clave para la defensa del organismo.


Cuando experimentamos alguna emoción negativa, es a nivel de Manipura, el plexo solar, donde ocurren bloqueos, por lo que el corazón realiza un esfuerzo extra al bombear sangre a esta zona para que circule la energía. Es por ello que emociones como el miedo, la culpa, la ira o la euforia pueden desequilibrar el funcionamiento habitual del corazón, mientras que la alegría de vivir, así como la paz y serenidad, emociones vinculadas a los pulmones, regulan el estado de salud de este plexo. Por otra parte, la tristeza y los pensamientos negativos tienen efectos inmediatos en pulmones y en el timo, provocando que bajen las defensas del sistema inmune y tendamos a enfermar ante la presencia de patógenos. Conectar con el amor, la paz, el equilibrio y los pensamientos positivos ayuda a que la energía tenga paso libre en Anahata.

Aprender a manejar y a soltar nuestras emociones, ser capaces de manifestar amor, meditar en la energía verde vital del chakra del aire Anahata y realizar ejercicios conscientes de la Yoga nos ayuda a liberar los nudos energéticos del plexo cardíaco.

Para esto es preciso alinear nuestra columna con la energía de gravedad de la tierra, así como el reajuste en la apertura del pecho, con lo que la libido o energía vital latente conocida como Kundalini, sube a través del canal central sushumna, la médula espinal, y despierta progresivamente nuestra conciencia de regreso a la divinidad.

martes, 7 de febrero de 2017

Chakra Manipura: Yo hago / Yo puedo


El chakra Manipura, o plexo solar, es el tercero de 7 centros energéticos principales descritos en la Yoga. La existencia de esta nube de energía es el resultado de una concentración nerviosa y vascular en la zona digestiva.



Manipura viene del sánscrito que significa "Gema brillante", y se vincula con el hígado, el bazo y el páncreas. Es la zona de digestión en el cuerpo físico, mientras que en el cuerpo energético Manipura se encarga de "digerir" los procesos emocionales. Problemas en el hígado nos hablan de constantes reacciones de enojo, o a tener que manejar nuestros sentimientos sin clarificarlos. Mientras que problemas en bazo y páncreas se vinculan a estados de falta de autoestima, represión y miedo al error. En la pubertad, la energía se enfoca en esta zona, al buscar una identidad propia más allá de la energía heredada por nuestros padres, el descubrir quién soy yo como individuo.


Todo sistema tiene su sol central, y en nuestro cuerpo no es la excepción. Agni, el fuego interno, se manifiesta en nosotros en Manipura. Al comer, ofrendamos al fuego sagrado los alimentos, para que a cambio nos llene de fuerza vital. Este sol interno es nuestra fuente de energía para llevar a cabo nuestras actividades, la batería que nos mueve: La emoción. Sin emoción, y sin algo que deseemos manifestar en la realidad, nos mantendremos en la inactividad. Por el contrario, una sobreexcitación del chakra mantendrá las reservas de energía a tope, y en constante desgaste del organismo, lo que conocemos como estados coléricos.


Aprender a manejar y a soltar nuestras emociones, ser capaces de manifestar asertivamente nuestra voluntad, meditar en la energía amarilla de entusiasmo del chakra del fuego Manipura y realizar ejercicios conscientes de la Yoga nos ayuda a liberar los nudos energéticos del plexo solar.

Para esto es preciso alinear nuestra columna con la energía de gravedad de la tierra, así como el fortalecimiento de músculos profundos del abdomen, con lo que la libido o energía vital latente conocida como Kundalini, sube a través del canal central sushumna, la médula espinal, y despierta progresivamente nuestra conciencia de regreso a la divinidad.

miércoles, 1 de febrero de 2017

Chakra Svadhisthana: Yo Siento



El chakra Svadhisthana, o plexo sacral, es el segundo de 7 centros energéticos principales descritos en la Yoga. La existencia de esta nube de energía es el resultado de una concentración nerviosa y vascular en la zona genital.



Svadhisthana viene del sánscrito que significa "Donde el Ser reside", y se vincula con las glándulas sexuales, los testículos y los ovarios. Las gónadas (que significan "semilla") controlan las características sexuales secundarias. En las mujeres, la formación de placenta, lactancia y ovulación, y en los hombres, la producción de esperma. Es en el chakra del sacro donde se manifiesta nuestra dualidad, el Ying y el Yang, nuestro aspecto femenino y masculino. De aquí nace la diferenciación de la luz y la oscuridad, mentira y verdad, así como las ideas duales de apego o aversión. Cuando logramos el equilibrio del "punto medio" entre nuestras ideas duales, encontramos crecimiento y evolución. En cuanto a la función biológica de reproducción, Svadhisthana está vinculado con nuestro poder creativo, y es aquí donde la energía puede bloquearse a través de la culpa, es decir, recriminarnos por las decisiones que hemos tomado, en vez de asimilarlas como un aprendizaje.



Si frenamos el libre flujo de nuestro poder creativo debido a falta de confianza en nuestras capacidades, nos cerrarnos al sano disfrute de la vida o contaminamos nuestra sexualidad con culpa y angustia, es en la zona genital donde se manifiesta la tensión, lo que a su vez produce grantis: Nudos energéticos que impiden el libre flujo de la fuerza vital. En el otro extremo, entregarnos al hedonismo (el placer como un fin) nos vuelve esclavos de nuestros propios instintos y restringe la sexualidad a ser meramente genital, lo que termina por desgastar el vigor de este chakra.


Aprender a disfrutar, confiar en nuestro poder creativo, meditar en la energía naranja de calidez del chakra del agua Svadhisthana y realizar ejercicios conscientes de la Yoga nos ayuda a liberar los nudos energéticos del plexo sacral.

Para esto es preciso alinear nuestra columna con la energía de gravedad de la tierra, así como el fortalecimiento de músculos profundos de la pelvis, con lo que la libido o energía vital latente conocida como Kundalini, sube a través del canal central sushumna, la médula espinal, y despierta progresivamente nuestra conciencia de regreso a la divinidad.

jueves, 26 de enero de 2017

Chakra Muladhara: Yo soy

El chakra Muladhara, o plexo coccígeo, es el primero de 7 centros energéticos principales descritos en la Yoga. La existencia de esta nube de energía es el resultado de una concentración nerviosa y vascular en la zona del piso pélvico. 


Muladhara viene del sánscrito que significa "raíz", y se vincula a la regulación del estrés a través de la síntesis de adrenalina y cortisol en las glándulas suprarrenales. Mientras el cortisol controla el metabolismo de carbohidratos y la respuesta corporal ante la enfermedad y el estrés, la adrenalina activa en nuestros cuerpos la respuesta de huida. Así mismo, los riñones juegan un papel importante en nuestra forma de experimentar el miedo, es por ello que ante esta emoción, nuestra vejiga urge a vaciarse. Problemas en riñones, vejiga y suprarrenales, además de dolor en lumbares pueden ser indicadores de un desequilibrio en este plexo. 


Si en la vida reaccionamos con miedo y angustia, es en esta zona donde los músculos y tejidos guardan tensión, lo que a su vez se manifiesta como grantis: Nudos energéticos que impiden el libre flujo de la fuerza vital. 

Los miedos más profundos se albergan en esta zona: miedo a la muerte, preocupación por la supervivencia. La rigidez y anclaje a viejos paradigmas "cristaliza" en los riñones y genera cálculos renales. 

Aprender a dejar ir, confiar en nuestro instinto de supervivencia, meditar en la energía roja de arraigo del chakra de la tierra Muladhara y realizar ejercicios conscientes de la Yoga nos ayuda a liberar los nudos energéticos del plexo coccígeo.

Para esto es preciso alinear nuestra columna con la energía de gravedad de la tierra, así como el fortalecimiento de espalda baja y lumbares, con lo que la libido o energía vital latente conocida como Kundalini,  sube a través del canal central sushumna, la médula espinal, y despierta progresivamente nuestra conciencia de regreso a la divinidad. 

martes, 24 de enero de 2017

Chakras individuales, inferiores y transpersonales

Chakra es una palabra del Sánscrito que literalmente significa “Rueda”. En la yoga y las filosofías orientales, los Chakras son centros energéticos en los que se metaboliza y depura la fuerza vital, desde el chakra raíz que representa la energía de la materia, hasta el chakra de la coronilla que nos conecta con la energía espiritual. Tales centros están vinculados a los plexos o redes de nervios y vasos sanguíneos.

Se describen 7 chakras principales que se ubican a lo largo de la columna vertebral, en los que se metaboliza y refina la energía: Plexo coccígeo, o Muladhara; el plexo sacral, Svadhisthana; plexo solar, Manipura; plexo cardio-pulmonar, Anahata; plexo faringeo, Vishuddha; plexo de carótida, Ajna; y el córtex cerebral, Sahasrara.

  






Sin embargo existe también otra lista de chakras a lo largo de las piernas, desde donde conectamos con la energía de la madre tierra.

Existen ocasiones en las que, por las dificultades de la vida vamos acumulando reacciones emocionales, lo que genera tensiones en partes específicas del cuerpo, que impiden el correcto flujo de esta energía vital. Prácticas como la yoga, el tai chi, o terapias como la acupuntura buscan entonces relajar y desbloquear los nudos energéticos que impiden que la fuerza vital fluya. Los cuatro primeros chakras manejan la energía del cuerpo y las emociones, mientras que los siguientes tres manejan la energía mental y espiritual. 

Meditar en los chakras significa asumir una práctica de fortalecimiento y depuración de nuestra mente, desde nuestros instintos más básicos y subconscientes, hasta el estado de la mente iluminada: Yo soy, Yo siento, Yo hago, Yo amo, Yo expreso, Yo veo y Yo entiendo.