martes, 21 de marzo de 2017

Chakra Inferior Atala: La Lujuria y el Miedo

Los chakras inferiores corren a lo largo de las piernas por debajo del chakra raíz Muladhara. Son vinculados a los instintos animales, y al inframundo Patala de la tradición hinduista, que afirma que el universo se divide en tres mundos: Svarga (reinos celestiales), Prithvi (tierra) y Patala (los reinos subterráneos). 

Patala se compone de siete regiones o lokas, y la primera y más superficial es Atala. El gobernante de esta región es el hijo del demonio Maya, Bala, quien con el poder místico de un bostezo creó a tres tipos de espíritus femeninos - Las Svairinis ("voluntariosas"), Kaminis ("lujuriosas"), y las Pumshcalis ("las que se entregan por completo"). Cuando un hombre entra en Atala, estas hadas le encantan y le sirven una bebida intoxicante de cannabis que le despierta su energía sexual, para posteriormente jugar con el viajero y consumir su energía, quien se siente más fuerte que diez mil elefantes, mientras desatiende su inevitable muerte a manos de estas diablesas. 



Esta historia parece tener su equivalente en la leyenda de las sirenas, que con su voz encantadora atraían hacia los peñascos a los marineros, donde finalmente perdían la vida. Se cuenta también que durante su meditación, el Buda fue tentado por las hijas del demonio Mara, el deseo, la satisfacción y el arrepentimiento (Taña, Arati y Raga). Estas historias representan lo fácil que es perder la voluntad cuando vamos detrás de la satisfacción inmediata de los sentidos y del placer, que finalmente termina por controlarnos. En palabras del maestro tibetano Tilopa: El problema no es el disfrute, el problema es el apego al disfrute.

El chakra Atala se encuentra en las caderas, donde se procesa la energía del miedo y la lujuria. El atributo contrario para equilibrar este chakra se rige por reconocer nuestro propio derecho a ser sexual, es decir, a manifestar nuestra capacidad y voluntad del disfrute de los sentidos de manera equilibrada, sin apegos ni expectativas; sin culpas ni temores. 

A través de la metáfora de los submundos, el hinduismo describe a los chakras inferiores, no como algo que debamos negar o repudiar, sino como parte de la naturaleza humana, y como aquello que una vez trascendido y canalizado, nos ayuda a acceder a los estados superiores de conciencia. Superar al miedo nos llena de confianza en nosotros mismos, lo que nutre al chakra Raíz Muladhara; mientras que trascender la lujuria nos abre al disfrute de la sexualidad como una herramienta de expresión de nuestro poder creativo y de afecto a la pareja, lo que nutre al chakra Sacro Svadhisthana. Sólo aceptando nuestra oscuridad, somos capaces de trascender hacia la luz. 

En palabras del psicólogo Carl Jung: "Un hombre que no ha pasado a través del infierno de sus pasiones, no las ha superado nunca" y "Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma".

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